La historia del reino queda brevemente presentada en estas pocas y breves palabras. La Iglesia, como principio celestial, es plantada, crece, y aparte del hecho de que es divina en su naturaleza, ¿quién puede explicar su crecimiento? La tierra tiene poder para hacer que la semilla brote, poder invisible, pero grande. El Espíritu Santo es esta energía misteriosa, dadora de vida, invisible, en el mundo. Cristo ha ido a su reposo, pero la semilla sigue creciendo.
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